Origen de la fotografía
La palabra fotografía se deriva de los vocablos de origen griego: foto (luz) y grafía (escritura), por lo que representa la idea de escribir o dibujar con luz.
Como invento científico del siglo XIX, alteró la percepción de la humanidad sobre el mundo que le rodeaba.
La imitación aparente de la realidad por medio de la luz fue vista como un milagro, ya que significaba la realización de un antiguo deseo: reproducir un mundo creíble.
Esta imagen, reflejo del mundo real químicamente grabada en papel, fue creada en una caja milagrosa llamada “cámara oscura”, dando como resultado imágenes que forman parte de la memoria del tiempo y el espacio, recreando situaciones pasadas formando así un archivo visual.
Posiblemente nunca se sabrá con precisión quién y cuándo descubrió la cámara oscura; pero sí es posible asegurar que antes de ser utilizada para realizar imágenes fotográficas, fue considerada como una herramienta útil para profundizar en el conocimiento.
En un principio fue utilizada por observadores de la naturaleza, experimentadores y alquimistas con intereses empíricos o científicos. Esto permitió que con el paso del tiempo se lograra perfeccionar de tal manera que, después de varios siglos de una presencia casi imperceptible, con algunas modificaciones y nuevos aditamentos se convirtiera en una de las herramientas indispensables para la obtención de imágenes fotográficas.
Fue en la antigua Grecia donde surgió la preocupación por encontrar una explicación del fenómeno lumínico. Esto condujo a los filósofos a observar los efectos de la luz en todas sus manifestaciones. Aristóteles sostuvo que los elementos que constituían la luz se trasladaban de los objetos al ojo del observador con un movimiento ondulatorio. Para comprobar su teoría, construyó la primera cámara oscura de la que se tiene noticia en la Historia, describiéndola de la siguiente manera:
"Se hace pasar la luz a través de un pequeño agujero hecho en un cuarto cerrado por todos sus lados. En la pared opuesta al agujero, se formará la imagen de lo que se encuentre enfrente".
Una de las paradojas de la historia de la fotografía tuvo lugar en el siglo VI d. C., cuando el alquimista árabe Abd-el-Kamir descubrió una emulsión fotosensible, aunque nunca la aplicó a la cámara oscura que ya existía porque no tenía conocimiento de ella.
Por su parte, el mago Merlín (539 d.C.) justamente en la misma época utilizaba la cámara oscura con fines estratégicos y de observación en la guerra que sostuvo el rey Arturo contra los sajones. En sus escritos se habla de la necesidad de utilizar el "cuerno de unicornio" para hacer el orificio de entrada de luz en ella.
En el tiempo en que se difundió el uso de este aparato, la magia era una práctica que se mezclaba con el estudio de los fenómenos naturales, por lo que al relacionar al unicornio con la cámara oscura ocasionó que durante siglos ésta recibiera el nombre de "caja mágica".
Pero no fue sino hasta la segunda mitad del siglo XV cuando se volvió a tener noticia de la cámara oscura a través de Leonardo da Vinci, quien redescubrió su funcionamiento y le adjudicó una utilidad práctica por lo que se le ha otorgado el crédito de su descubrimiento.
El italiano Leonardo da Vinci y el alemán Alberto Durero emplearon la cámara oscura para dibujar objetos que en ella se reflejaban. A partir de ese momento se utilizó como herramienta auxiliar del dibujo y la pintura, extendiéndose rápidamente en Europa.
La cámara oscura renacentista tenía las dimensiones de una habitación. Esto fue necesario para que el pintor pudiera introducirse en ella y dibujar desde su interior lo que se reflejaba.
Para lograrlo, colocaba un papel translúcido en la parte posterior, justo enfrente del orificio por el que pasaba la luz.
Es importante recordar que la formación de la imagen es invertida, por lo que el dibujante debía ser muy hábil para hacer las correcciones necesarias al copiar la imagen sobre el papel.
Para conseguir que la imagen se formara era necesario que el orificio fuera muy pequeño, de lo contrario la calidad de la imagen no podía ser muy nítida ni detallada.
En el siglo XVI un físico napolitano, Giovanni Battista Della Porta, antepuso al orificio una lente biconvexa (lupa) y con ella obtuvo mayor nitidez y luminosidad en la imagen. A partir de este avance varios científicos se dedicaron a perfeccionarla.
Esta aportación fue fundamental para el desarrollo de la fotografía, ya que marcó el principio de lo que hoy conocemos como el objetivo de la cámara, el cual permite la captura de imágenes a diferentes distancias y ángulos obteniendo como resultado imágenes nítidas y luminosas.
El desarrollo de la fotografía frente a la pintura
Daguerre y Fox Talbot y Eastman
Nos situamos ahora en el siglo XIX en Inglaterra, donde los científicos Thomas Wedgwood y Humphry Davy empiezan a investigar con el nitrato y el cloruro de plata la obtención de imágenes en material fotosensible. Consiguieron imágenes de larga exposición, pero no pudieron obtener la fijación de estas imágenes, por lo que cuando les daba la luz, se volvían negras.
No es hasta el 1816 cuando el científico francés Nicéphore Niépce consigue juntar la cámara oscura, con el material fotosensible, no llegando a la fijación de imágenes.
Es su compatriota y colaborador Luis Jacques Mandé Daguerre, quien el el año 1835, dos años después de la muerte de su compañero Niépce, consigue fijar una imagen en una plancha. Hasta el 1837 desarrolla el “Daguerrotipo” consiguiendo fijar un positivo en una plancha de metal. Los tiempos de exposición estaban en el orden de los minutos. Al tratarse de imágenes positivas, no había manera de obtener más de una copia de la imagen sin repetir la toma.
En 1841 William Henry Fox Talbot, un brillante científico inglés, patentó el “calotipo”. Se trataba de un proceso de revelado de papeles de plata que permitía conseguir un negativo de la imagen expuesta, lo cual daba pie al proceso de múltiples reproducciones de las imágenes que conocemos hoy en día. Sus investigaciones dieron pie a la fotografía como la entendemos hoy en día. Talbot, fue el autor del libro “Pencil of Nature”, el primer libro con fotografías impresas que se creó.
En 1880, George Eastman funda KODAK para rentabilizar su invento, el “carrete fotográfico”, su idea fue poner la emulsión fotográfica en papel enrollado y ponerlo en una “cajita oscura” pequeña, de modo que todo el mundo podía hacer fotos. La aparición de la cámara Kodak fue fundamental para la difusión y popularización de la fotografía.
El desarrollo de la fotografía frente a la pintura
Al principio, la capacidad de la interpretación creativa inherente en los cuadros pintados fue desafiada por el realismo de la imagen fotográfica, ya que por medio de ésta era posible la creación de expedientes del mundo con el propósito de ensamblar una colección sin fin de cuadros en una suerte de mega-memoria.
El cuadro pintado, resultado de un largo proceso aditivo y creativo, fue reemplazado por un rápido proceso óptico, químico y mecánico de formato restringido por una lente, cuyo resultado eran imágenes blanco y negro dependientes de la iluminación.
Debido a esto se reconoció el peligro que la fotografía representaba para la pintura, ya que este fascinante medio de enorme potencial significaba el nacimiento de un nuevo lenguaje sin fronteras que hacía posible una nueva clase de comunicación visual, pues la múltiple reproducción y la difusión de imágenes empezaron a formar parte de nuestra cultura moderna.
A partir de este "lenguaje universal" se desarrolló un nuevo lenguaje artístico limitado por su contexto histórico. Durante el siglo XIX, los fotógrafos se conformaron con la estética de su tiempo considerando a la fotografía simplemente como un medio adicional para la percepción y recreación de la realidad.
Con el tiempo la conciencia que se tuvo de la imagen fotográfica creció, por lo que alcanzó su autonomía al desarrollar una estética propia, lo que contribuyó a que en poco tiempo se ganara la aceptación del público.
Así, los mejores artistas del siglo XX comenzaron a realizar nuevas propuestas fotográficas a partir de la realización de retratos en blanco y negro.
Por su parte, el arte moderno se cuestionaba sobre su significado; y artistas plásticos impacientes por experimentar, buscaron nuevas ideas y nuevos significados de expresión. Naturalmente esto ocurrió también con la fotografía. Pero su significado antes de la primera guerra mundial fue relativamente bajo.
A finales de los años cincuentas y principios de los sesentas, el mundo urbano y los medios y la publicidad cautivaron a artistas como Andy Warholstrong> y Robert Rauschenber
Por lo anterior es importante considerar que la cámara no es más que un instrumento técnico para la creación de imágenes que son inolvidables, que con el tiempo han llegado a ser parte integral de nuestro propio museo imaginario.
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